Tipos de agricultores y ganaderos en territorios del Tolima
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Resumen
"El modelo de desarrollo actual, fundamentado en la idea neoclásica, de que el mercado el regulador de las dinámicas del mercado, implica un crecimiento de la industria y el capital, y propone la modernización rural en términos de su conversión a la racionalidad empresarial-capitalista (Vélez, 2015). Así, los campesinos se convierten en meros productores de mercancías en pequeña escala, con base en determinantes económicos, comerciales y tecnológicos y las propuestas modernizantes, que constituyen el paradigma dominante en América Latina, buscan incrementar la productividad, las utilidades e ingresos monetarios por renglón productivo para los productores campesinos y como condición para su fortalecimiento, mediante la tecnificación fundamentada en la revolución verde (Salcedo et al., 2014). Si bien, la incidencia de la revolución verde en la modernización del campo fue significativa en algunos sectores de la ruralidad colombiana, especialmente en los años 70 y 80, no siempre el cambio tecnológico y socioeconómico fue el esperado por los modernizadores rurales; así, hoy en día, no todos los ganaderos son terratenientes, no todos los agricultores son empresarios, una importante masa de productores del campo son campesinos. En los países latinoamericanos, las unidades de agricultura familiar campesina constituyen un sector importante en la seguridad alimentaria de los territorios rurales; esto también se repite a escala global (Musafiri et al., 2020; Meyfroidt, 2017; Oluwatayo, 2020). Hay estudios que documentan el papel fundamental de la producción campesina en la economía nacional, ya que su influencia se deriva del peso en el conglomerado del campo que puede oscilar entre un 70 y el 80% de la población rural [FAO, et al., 2018)] y, por lo tanto, son vitales para garantizar el abastecimiento alimentario rural [Graeub et al., 2016; Herrero et al., 2017)]. En Colombia, los productores campesinos participan sólo con el 33% del área agropecuaria utilizada en el país, no obstante, contribuyen con más de la mitad de área cosechada y casi el 50% de la producción agropecuaria, lo que permite concluir que la productividad por hectárea en la pequeña producción campesina es muy alta (Barberi, 2011); similar situación presenta el aporte de la economía campesina a la seguridad alimentaria en países latinoamericanos, como México, Ecuador y Chile, entre otros (Santacoloma, 2015). El análisis de diferentes sistemas de producción campesinos, como alternativas de generación de ingreso para productores rurales, constituye una importante de las dinámicas y procesos de desarrollo del sector rural, en tanto a que permite evidenciar y valorar diferentes tipos de iniciativas y emprendimientos productivos que surgen bajo la motivación de garantizar la reproducción de las unidades familiares, pero también, aportar a la economía regional y mejorar la calidad de vida rural (Santacoloma, 2015). No obstante, es importante mencionar que algunos de dichos sistemas presentan debilidades en torno al manejo productivo, administrativo y económico en un ambiente dominado por fuerzas de mercado, lo cual resulta en sistemas poco rentables financieramente, pero eficientes energéticamente (Mora Delgado et al 2007), persistentes en el marco del capitalismo (Mora-Delgado, 2008) y menos impactantes sobre el cambio climático (Musafiri et al., 2020), por lo cual es necesario tipificar los sistemas de producción como una estrategia para agruparlos y así poder intervenir en diferentes dominios de recomendación (Amadu et al. 2020; Berdegué y Larrain, 1988)."