En los últimos tiempos la educación ha estado en el ágora de la reflexión epistémica, lo que ha dado como resultado una mirada amplia de varios actores de la sociedad, inmersos en los contextos político, económico, social y cultural a los que atañe el estadio educativo, tanto en su fondo como en su forma (Batista, Celso, & Usubiaga, 2007). Es por eso imprescindible pensar y reflexionar en torno a una educación de todos y para todos; una educación de calidad, pertinente e incluyente; una educación que no pierda de vista la diversidad. En otras palabras: una escuela que tenga en su bitácora, de forma perenne, la deferencia por la diferencia.